El deporte es luz, por mucho que la famosa sentencia de mensa sana in corpore sano que tanto se pregona fuese una sátira de Juvenal, poeta romano de ente los siglos I y II. Mientras que las Sátiras son una fuente vital para el estudio de la Antigua Roma desde un vasto número de perspectivas, su forma de expresión cómica, hiperbólica hace, como mínimo, problemático el uso de las afirmaciones encontradas en ellos. La ciencia y el sentido común han ido cargando de razones a la expresión.
Viene al caso esta reflexión ahora que entra en juego Kirola ON, una herramienta pionera para la detección y gestión de posibles situaciones de violencia infantil en el deporte escolar para la temporada 2024-2025. La violencia en el deporte escolar es un fenómeno que, como un oscuro espectro, se cierne sobre los campos de juego y las canchas donde los niños y jóvenes deberían encontrar un refugio de alegría y camaradería. En este microcosmos de la vida, donde se forjan amistades y se cultivan sueños, la agresión se infiltra como un ladrón a medianoche, robando la inocencia y transformando el juego en un campo de batalla.
En las gradas, donde progenitores y entrenadores se convierten en jueces y verdugos, la presión por ganar se convierte en un monstruo que devora la diversión. Los gritos de aliento se transforman en gritos de guerra, y el espíritu de competencia se contamina con la toxicidad de la violencia. La rivalidad, que debería ser un motor de superación, se convierte en un caldo de cultivo para la agresión. Y en vez de aprender a perder con dignidad, se les enseña que la victoria justifica cualquier medio, incluso el más violento.