ES una curiosa cábala, una de esas rarezas que se producen sin saber muy bien porqué. Mientras Ernesto Valverde cruza los dedos para que el centro del campo rojiblanco se recupere de lo lindo para el regreso a la competición con el Barcelona en el horizonte de la montaña donde se posa el Olímpico de Montjuic, lo escuché hace un par de días en una conversación de bar. Agarrado a la cintura de una cerveza, un parroquiano confesaba su fe en las casualidades para mostrar su convicción: el año que viene el Athletic jugará la Champions League. Su interlocutor le miraba con los ojos como platos. “Están jugando bien, pero...”

Ese “pero” es el que pesa en una afición que mira con ilusión al Athletic, un equipo que poco a poco madura con la experiencia adquirida por los jóvenes (pongamos por caso que Sancet, Nico Williams o Vivian se van forjando en la fragua de la experiencia...) y que ya envía emisarios a la selección. No falta gente que asegura que ese es un buen síntoma.

Volvamos de regreso al tipo del bar. Saca del bolsillo un papelito doblado y no falta quien hace cálculos sobre cuánto lleva en la cartera. Seguro que quiere hacer una apuesta, piensa más de uno. En esa nube pajarean los más osados cuando el hombre expone su teoría. “Es algo muy bueno que la Real Sociedad esté en la Champions”, asegura. “Fabuloso”. Entonces se reproducen los cálculos. Claro, como la Real ha de repartir esfuerzos Europa puede pasarle factura, le dicen. El tipo sonríe y despliega el papel del todo. Ahí lleva sus números.

Pide otra cerveza y ya tiene un corrillo alrededor. Empieza a recordar. La Real Sociedad jugó su primeras Copas de Europa en las temporadas 81-82 y 82-83 del pasado siglo. Encadenadas, el Athletic hizo lo propio en las campañas 83-84 y 84-85. Los txuri-urdin también participaron en la temporada 2013-14 ya en el formato de la Champions League y una temporada más tarde, en la campaña 2014-15 fueron los leones quienes oyeron en San Mamés el legendario himno de Queen. ¡Ahí tenéis!, asegura el tipo. “En tiempo de entresiglos”, prosigue el hombre, “el Athletic jugó en la campaña 98-99 y la Real en la 2003-04. Hay una corriente que todo lo acerca”.

Le miran con asombro, sin quedar muy claro si el caballero no ha perdido la cabeza o si no hay una cábala mágica y misteriosa que todo lo explica. El legendario partido de la nieve frente al Manchester United en San Mamés es el que no encuentra pareja, si me permiten decirlo así. Como tampoco lo hace esta campaña donde la Real ha vuelto a las cumbres continentales. ¿Habrá correspondencia el año que viene? El hombre de la cerveza está convencido de que sí. Un par de parroquianos miran la máquina de Retabet. Y allá que se van, con cien euros cada uno en la mano...