CON el 8-M ya rebasado atisbamos el próximo con la misma paleta de reclamaciones, porque los indicadores para España del Instituto para la Igualdad de Género analizan los parámetros de trabajo, salud, dinero, poder, tiempo libre y conocimiento, dando una media de desigualdad de 70 puntos, siendo 1 la desigualdad total y 100 la igualdad plena. Nos restan cuarenta años para cobrar lo mismo y unos cien para conseguir la paridad plena.

Pero a la vista de algunos manifiestos públicos recientes que hemos podido leer sobre el 8 de Marzo como día de reclamación femenina feminista, ciertos grupos ideológico-políticos entienden la situación de las mujeres en nuestra sociedad de una manera muy sencilla: no es necesario reivindicar la igualdad si la desigualdad no existe. Cristalino, si no planteamos enunciado, no hay problema y en consecuencia tampoco necesitamos solución. ¡Bingo!

Muchas, y evidentemente otros muchos, tradicionalistas ultraconservadores (fachas en argot retro), se han desmelenado en contra de los movimientos feministas, poniéndose ellas mismas como modelo de triunfadoras sin necesidad de reclamación feminista alguna; poco menos que tildando de fracasadas y frustradas a quienes reivindican estos derechos de igualdad de oportunidades. Decía Nelson Mandela que "ser libre no es solo librarse de las cadenas propias, sino vivir de forma que se respete la libertad de todos los demás", entendiendo todos como referente de hombres y mujeres; aunque Mandela no sea de su devoción, la realidad de una mujer triunfadora en el ágora pública no puede ocultar la miríada de mujeres discriminadas en ámbitos reales, objetivos y contrastados de desigualdad. La realidad de una Marie Curie no puede ocultarnos la otra realidad internacional de un 72% de investigadores hombres y un 28% mujeres, ni que en España apenas un 13% son ellas en puestos de responsabilidad en el CSIC, y que en noventa universidades públicas solo hay nueve con rectora. Puede que a mí me paguen como a mi compañero, pero de media una mujer en el Estado español gana un 21,9% menos. Puede que no te hayan acosado, pero un 35% de mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual. En 2018 en Euskadi hubo 5.135 casos de acosos, abusos y violaciones a mujeres con 4.244 víctimas, un tercio de ellas menores de edad. En España en 2019, oficialmente, mataron a 55 mujeres y en dos meses de 2020 ya han asesinado a catorce. En el mundo cada día son asesinadas 137 mujeres y 200 millones han sufrido mutilación genital. Aunque no te hayan acosado, mutilado ni asesinado, el hecho real contra la mujer está ahí. Puedes no haber sufrido trata de seres humanos, pero el 72% de quienes sí la sufren son mujeres. Puede que tu compañero sea corresponsable en casa -niños-mayores-trabajo doméstico-, pero frente al 33% de ellos que se implican, el 77% de quienes realizan este trabajo son mujeres, sumado al realizado fuera de casa. La escalera de desigualdades reales y constatables es empinada. Puedes considerarte una triunfadora y no ver estas y otras muchas flagrantes desigualdades, de modo que cualquier solución feminista te perecerá huera, porque no hay problema. Para las demás, la igualdad de oportunidades seguirá siendo una necesidad de acción diaria; también el 9 de marzo.

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