E acuerdan...? Bilbao se unió en 2010 a la Red Mundial de Ciudades Amigables con las Personas Mayores, un proyecto promovido por la OMS. Y ahí sigue, agitando la coctelera para que no pierda gas ni efervescencia esta idea, hasta el punto de que acaba de presentarse el tercer Plan Bilbao Ciudad Amigable con las Personas Mayoresque se desarrollará hasta el año 2024. ¿Cuántos serán para entonces...? Porque hay que tener en cuenta que los números cantan. Y lo hacen bien alto a día de hoy, si se considera que el 31% de la población de Bilbao cuenta con más de 60 años y el 9% con más de 80 años, edades venerables y respetables, según se ha dicho siempre.

Se hace necesario, por tanto, ir preparando la ciudad para sus habitantes del futuro que, al ritmo demográfico que se ha marcado, peinarán cada día más canas. Por mucho que Gabriel García Márquez lo dijese de bonita manera -"El secreto de una vejez feliz es un pacto honrado con la soledad", dijo el escritor colombiano...-, el plan prevé la constitución de una comisión de seguimiento de la soledad, como si lo dicho por el viejo Gabo fuese más un giro creativo y utópico que una realidad tangible.

Se le pide, a quien pueda (a según qué edades los achaques son caprichosos y no siempre te permiten ir derechito...), más participación, más protagonismo de las personas mayores en el diseño de las políticas públicas, más implicación directa en la mejora de los barrios. Su voz se antoja imprescindible si se pretende diseñar la cartera de servicios de la ciudad en las décadas venideras, donde se intuye que serán más y con mejor salud quienes ya caminan por las últimas veredas. Es hermoso recuperar las ideas que nos parecían ya viejas, algo que vamos rescatando a medida que cumplimos años. La idea es diseñar un envejecimiento activo para las personas mayores. No es poco.