BASTA con viajar en el asiento de atrás del Delorean de Emmett Brown, alias Doc, y Marty McFly y teclear en el ordenador de viaje unas coordenadas cualquiera, qué sé yo, “Bilbao, abril 1979” para levantar olas de asombro e incredulidad al aparcar con el DEIA del día, el que tienen hoy en sus manos. ¿Un Athletic que gana? ¿La disputa, a grito pelado, entre dos, tres o cuatro políticos? ¿El estreno de una película de humor? Nada de ello dejaría boquiabierto al lector del ayer. Su pasmo y estupefacción llegará con estas páginas sobre las que cabalgo. ¿Cómo? ¿Qué? ¿Bilbao es la segunda ciudad más limpia de España (entonces todavía no se decía el Estado...)? ¡Anda ya! De entre todos los milagros que se han obrado en la ciudad a lo largo de los últimos 40 años ese tal vez sea el más sobresaliente: la limpieza exterior y hasta el aseo íntimo, con la ropa interior (el hollín de las fachadas, el zurullo de los animales domésticos con dueños salvajes, etc.) inmaculada. Ni uno solo de aquellos lectores de entonces hubiesen apostado a que el futuro era así, tan reluciente.