LA desigualdad entre hombres y mujeres no es algo nuevo. De hecho, personalidades de todos los siglos han reflexionado sobre ella y han aportado su granito de arena a la concepción del rol femenino desde otro punto de vista. Como bien dijo Bella Abzug, política estadounidense nacida en 1920, la prueba para saber si puedes o no hacer un trabajo no debería ser la organización de tus cromosomas. El viejo roquero Bruce Springsteen cantaba aquello de “allí donde alguien lucha por su dignidad, por la igualdad, por ser libre... mírale a los ojos”. y de aquellas estrofas brotó la necesidad de afrontar una lucha, la pelea por enarbolar la bandera de la igualdad que tiene algún que otro ejemplo que todo lo explica. Recordemos., sin ir más lejos, que “la mujer será realmente igual al hombre el día en que se designe a una mujer incompetente para un puesto importante”, tal y como dijo François Giraud, político americano del siglo XIX. Ya ven, la lucha se entabló tiempo atrás,.

Es difícil de liberarse de las cadenas, complicado identificar a aquellas mujeres que han dado un paso adelante para dejar su huella en el liderazgo y el emprendimiento. No es fácil por las situaciones que han sufrido las mujeres a lo largo de los años, de los siglos. No en vano, el grito de Isadora Duncan, coreógrafa y bailarina estadounidense, tuvo el don de la reivindicación: “Ya fuiste usada. No permitas ser dominada”, dijo.

La vista puesta por la Sociedad Bascongada de Amigos del País en el papel de las mujeres en la evolución de los últimos años nos lleva a escuchar a Simone de Beauvoir, filósofa y escritora francesa nacida a principios del siglo XX, quien dijo que el feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente.