MATEU Lahoz, que en el José Zorrila sacó a relucir su versión más extrovertida con los jugadores, no influyó para nada en el resultado. De hecho, perdonó a Capa la expulsión al no mostrarle la segunda tarjeta amarilla tras varias entradas a destiempo. Menos mal que Gaizka Garitano reaccionó a tiempo y le sustituyó, ya que el público de Pucela abroncó en repetidas ocasiones al colegiado valenciano. Mateu Lahoz estuvo bien técnicamente y, como siempre, excesivamente dialogante con los jugadores. Tal vez la jugada más polémica se registró en el minuto 53 en el área del Valladolid, cuando un centro de Berchiche da en el brazo de Olivas. Pareció involuntaria y no pitó penalti. Acertó.