EVELADOR cómo ha resuelto el PP su problema en Murcia. No por novedoso, que ya lo hizo en su día con el tamayazo de Madrid y no ha habido forma de desalojarlo del gobierno de la comunidad desde entonces. Pero, como entonces la situación de transfuguismo de los dos parlamentarios recién elegidos para la Asamblea de Madrid en listas del PSOE dejó a las claras la situación del partido, ahora retrata el caso de Murcia el momento en Ciudadanos. Con apenas media legislatura consumida, la mitad de los electos del partido de Arrimadas se pasan de bando a cambio de una silla en el Gobierno de Murcia. ¡Ojo! Una silla que también podrían haber tenido en el nuevo gobierno de presidencia socialista si jugaban sus cartas. Pero no. Lo que impulsa a buscar acomodo en el PP tiene que ver con el frío que empieza a filtrarse por las grietas en Ciudadanos. No es que los de Casado estén para grandes alardes pero los de Arrimadas han convertido su ruido de sables en harakiri. El PP ha resuelto con una OPA a los escasos activos de Arrimadas lo que se preveía como un problema. Los electos de Ciudadanos saben ya que, llegado el caso, Casado es buen pagador. Díaz Ayuso tiene en bandeja quitárselos de en medio en Madrid con unas elecciones deseadas por ella pero difíciles de explicar en pandemia. El caladero naranja se llena de redes pelágicas.