Según la tradición cristiana, el rey Herodes mandó asesinar a todos los niños nacidos en Belén buscando matar a Jesús, recién nacido: los Santos Inocentes. Inocentes son hoy los miles de niños de Gaza asesinados por las bombas de Israel y los que sobreviven entre el terror, el hambre y el frío, así como sus familias. También los de Ucrania, muertos o sometidos igualmente a las penurias de la guerra, y las víctimas de todos los conflictos armados. Inocentes eran y son los millones de menores empujados al océano en busca de un futuro fuera de su tierra. Millones de niños. Un puñado de malditos Herodes.
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