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Jai Alai

Vergüenza

Mientras sus señorías se enredan en las palabras, las costas de Canarias siguen recibiendo a decenas de migrantes que creen que una travesía subidos en un cayuco puede ayudarles a tener una vida mejor. Migrantes, muchos son niños y niñas que llegan solos, sin la protección de sus padres o madres, a quienes perdieron por el camino, o quienes les subieron a ese destino pensando que lo que dejan atrás es siempre peor que el futuro incierto al que se enfrentan. Desconozco si la ley de extranjería que plantea Sánchez es la solución. Pero no lo es mantener la situación actual, vergonzante para cualquier democracia que se precie.