No conocíamos hasta ahora que hubiese habido autos sacramentales tragicómicos. Estas representaciones medievales eran, por el contrario, grandes dramas. Pero lo que se está viendo, oyendo e intuyendo en el convento de Belorado con las monjas rebeldes y excomulgadas en plan okupa y la Iglesia reivindicando ante la Guardia Civil la propiedad y exigiendo que se vayan y entreguen las llaves supera con creces cualquier ceremonia, función y liturgia conocida por los siglos de los siglos, amén. Ni Sor Citroen, ni Sister Act: Belorado Show. Permanezcan atentos a sus pantallas. Promete.