La lucha es ya encarnizada: inteligencias naturales contra la inteligencia artificial del ya famosísimo ChatGPT. No, no es porque esté superando a la inteligencia humana –que lo hará– sino por los serios peligros que entrañan virguerías como crear o alterar imágenes, incluso en movimiento, y voces en las que es casi imposibles detectar el “artificio”, así como el otros riesgos como la desinformación. Más de mil personalidades mundiales, la Organización Europea de Consumidores, la ONU... están alertando de estos peligros y piden parar esta tecnología. ¿Una decisión inteligente?