Sabíamos que tarde o temprano llegaría el día, pero no estábamos preparados. Desnudos de nuevo sin la protección del descuento de 20 céntimos en los carburantes, vemos como los surtidores vuelven a cotizar al alza. ¿Será cosa del mercado? Tal vez, pero siempre llama la atención la facilidad con la que repuntan los precios en las estaciones de servicio cuando el entorno favorece la subida. En cambio, los ciclos de baja tensión tardan en llegar al bolsillo. Pero la clave es que la ayuda se reducía a un puñado de céntimos dentro de un depósito lleno de euros. Lo mismo que ocurre con la rebaja del IVA en la alimentación.