ES tiempo de quitarse la bufanda de los ojos y mirar con realidad y perspectiva. Once jornadas de Liga son lo suficientemente clarificadoras para entender cuáles son las carencias y virtudes de este equipo. Bueno, once jornadas de Liga más las de Europa League y Copa. En este tiempo hemos estado más cerca del enfado que de la alegría. Muchos quieren situar a Kuko como máximo culpable, yo me niego. El reparto va más allá de una sola persona.
La falta de refuerzos ha abocado al grupo a una tranquilidad impropia de un equipo de élite. No hay competencia por mucho que se nos venda la burra. Los titulares se saben de su condición y los suplentes de la suya. Ni las rotaciones hacen que cambie la marcheta del conjunto. El Athletic desespera por su falta de regularidad y de concepto futbolístico. Esto no es nuevo, la temporada pasada tampoco se jugaba nada. Los resultados escondían la precariedad existente. Lo peor es que el mensaje institucional refuerza la idea de los jugadores de que lo hecho está bien y lo que es peor, la culpa es de la prensa, que ni ve ni entiende ni apoya.
Llegados a este punto es necesario establecer como objetivo salvar la categoría sin pasar apuros y poco a poco remontar el vuelo. Soñar con hacer uno de los torneos del K.O ilusionante y afrontar el futuro como una opción de mejora desde Lezama hasta el primer equipo con un plan preestablecido, claro. Por cierto, igual hay plan pero como nunca se cuenta nada?