Gestión del miedo
CÓMO se retransmite un atentado? No se imparte esta lección en las facultades de periodismo, así que es urgente que las cadenas de televisión definan un modelo conveniente. Con tres objetivos: que las noticias ayuden a la sociedad sin desinformarla, que por un mal entendido realismo no favorezcan a los criminales y que no dificulten la investigación policial, crucial en las primeras horas. Sí, es un viejo debate, pero el terrorismo de ahora es emocionalmente más complejo que la guerrilla clásica. Por lo que vimos el jueves y viernes pasados en los canales privados y públicos tras los ataques de Barcelona y Cambrils, las redacciones no tienen un protocolo actualizado. Solo saben que hay que interrumpir la programación como señal de relevancia social y navegar en el caos con más improvisación que criterio. El jueves fue peor que el viernes. Al desastre del primer día contribuyó que la tragedia fue en agosto, con las plantillas plagadas de becarios. ¿Por qué se difundieron imágenes explícitas de las víctimas? ¿No habíamos convenido, tras el 11-M de Madrid, que nunca más se expondría la sangre vertida por el terrorismo? Cuando París, Niza, Londres, Bruselas, Berlín y Estocolmo fueron masacrados por los yihadistas, sus televisiones, responsablemente, omitieron el espectáculo inútil y desolador de los cuerpos rotos. No les dieron esa baza a los canallas y la verdad brilló completa y digna.
Regresaron a toda prisa Piqueras, Ferreras, Griso, Ana Rosa, Ruiz y Casado, y el disparate se enderezó desde La Rambla. Muy teatral su luto textil. ETB estuvo bien con Klaudio Landa. Todos, en su afán de mostrar la angustia de la gente, provocaron un reparto masivo de miedo. Pero gestionar el pánico consiste en serenar los ánimos y hacerlos indesbordables. Menos mal que los catalanes optaron por un lema grandioso: “No tinc por” (No tengo miedo).
Tenemos un problema con las redes sociales y su corresponsalía ilimitada. Un imbécil con un móvil es un peligro. Lo ha dicho Évole bien claro: “No difundamos el odio de los que odian”. Pues eso.