EL árbitro Fernández Borbalán no perjudicó al Athletic.
En el minuto 20, Piqué recibe un rodillazo claro de Iraizoz dentro del área, pero el colegiado no pitó penalti, ya que el barcelonista ya había rematado de cabeza a portería.
En el minuto 29, existe una fuerte entrada por detrás a Aduriz de un defensa del Barça, que rozó la tarjeta roja.
En el 36, al saque de un córner Aduriz da un puñetazo a Umtiti que si llega a ser visto por el colegiado le hubiera costado la expulsión. Es verdad que en ese momento existe dentro del área un empujón cerca del punto de penalti sobre Raúl García que bien pudiera haber sido señalado como penalti. Y ya tres minutos más tarde, Umtiti regresa al campo después de ser asistido y lo hace con la lengua muy larga y propinando amenazas. El árbitro se equivoca al amonestar a los dos, a Aduriz y el francés, porque el que provocó fue el defensa del Barcelona.
Al borde del descanso, Etxeita mete la pierna y el brazo a Neymar dentro del área, y este exagera la acción y, en consecuencia, equivoca al árbitro, que no señaló un penalti que fue claro.
Ya en el minuto 52, la falta que lanza Messi sí entra, es gol legal, a pesar de que Iraizoz protesta como un loco.
La segunda tarjeta amarilla, en el 74 y en el 80, a Raúl García e Iturraspe, respectivamente, fueron de reglamento.
Quiero decir además que pienso que San Mamés estuvo como en los mejores tiempos del antiguo campo, con un partido caliente, fuerte, viril, pero dentro de todo esto, fue un partido noble. Una cosa son las ganas que tenemos de apoyar a nuestro Athletic como sea y otra muy distinta es cuando creemos que el árbitro nos perjudica cuando no ha sido así. El árbitro no perjudicó al conjunto de Valverde.