eL partido de Los Cármenes se desarrolló con un arbitraje serio de Martínez Munuera. El colegiado valenciano no tuvo complicaciones para llevar a cabo su trabajo en Granada, donde no se encontró con dificultades ni jugadas conflictivas en las que establecer una decisión al respecto. Le ayudaron los jugadores, quienes no le crearon problemas en un partido en el que solo se pueden rescatar dos jugadas que causaron cierta crispación en el césped. La primera llegó en el minuto 44, en el gol del Granada. Hubo una falta previa que Munuera no señaló antes de que el balón llegara a Carcela, quien introdujo el balón dentro de la portería de Kepa para poner el momentáneo 1-1 en el marcador. Parecía que se le complicaba el encuentro al Athletic, pero en el minuto 77 llegó el gol de Aymeric Laporte que dio la victoria a los rojiblancos. Lo hizo en una jugada en la que varios jugadores locales reclamaron fuera de juego, pero no existió. No lo hubo porque el balón llegó al jugador del Athletic tras un rechace.
En general, por tanto, se puede decir que Munuera se mostró justo en sus decisiones. La tarjeta que mostró a Foulquier en la primera mitad también puede considerarse como justa, por lo que valoraría su arbitraje con una nota de ocho sobre diez.
En cuanto al juego del Athletic, considero que estuvo en la misma línea de los últimos partidos que ha disputado. Al equipo le falta aún transmitir un poco más de confianza y pujanza, mandar en el campo para que el rival sepa que enfrente está el Athletic. El partido de ayer me recordó bastante al que se jugó contra el Deportivo en Riazor, que también se ganó.