EL Athletic se empieza a comportar como tal y eso es bueno. Ejerce de superior cuando el rival es inferior. Ante el Sporting bastó el paso de los minutos para comprobar las diferencias entre unos y otros. Los dos visten de rojiblanco pero los visitantes, el Athletic, son netamente superiores a los locales. Unos saben a que juegan, tienen calidad y velocidad y los gijoneses sufren desde el primer minuto sabedores de sus carencias y de su escaso poder físico y técnico.

Hace algún tiempo lo leones eran incapaces de manejar este tipo de partidos. Es más, la mayoría de las veces perdían o cuajaban un mal partido. Ahora todo es distinto. El equipo sale a mandar y manda. Es paciente y conoce al rival en todas sus facetas. El estudio de los contrincantes se nota en cada acción de los de Valverde. El fútbol ha crecido y los sistemas de entrenamiento también, ahora no vale con ver los partidos. Ahora se cortan las jugadas y se repasan una a una. Los jugadores son conocedores y tienen mucha más información que antes.

El domingo no hubo partido. Fue un monólogo rojiblanco aderezado con alguna posesión del Sporting. El control correspondió en todo momento al Athletic y Beñat campó a sus anchas por un estadio que le encanta al equipo rojiblanco. El Molinón empieza a ser un pequeño San Mamés y la lástima es que la temporada que viene tengo dudas de que estén en Primera División. Los astures son un histórico venido a menos a quienes el tema económico les está matando. No han podido ni fichar en el mercado invernal.

Lo mejor de esta semana fantástica han sido los nueve puntos al zurrón. Después del derbi la alegría se desplazó en forma de cántico por la A-8. Al final aquello se ha quedado en un single. Mientras Aperribay se conforma con ser la canción del verano, Urrutia triunfa con su cd de éxito con millones de copias vendidas. Más vale muchos y continuados triunfos que uno y se acabe la racha. En el buen camino y ahora a por la Europa League.