LA actuación de Aymeric Laporte el pasado miércoles ante el Villarreal fue descomunal. Creo que Iñaki Williams, pese a anotar el gol con el que el Athletic certificó el pase a los cuartos de final de la Copa, no fue el mejor jugador del partido, como así han destacado muchos. En ocasiones nos cegamos con la parte bonita y estética del fútbol y obviamos todo lo que hay por detrás de esas culminaciones. El gol es muy importante pero para llegar hasta ahí muchos otros compañeros trabajan y cumplen con su cometido. En El Madrigal Laporte se salió.

El defensa galo hizo todo lo que le exigimos y reclamamos en infinidad de ocasiones, conocedores de su gran potencial. Se encargó de lo suyo y ayudó a sus compañeros. Estuvo rápido en el corte y férreo en la marca. Dominó a la delantera local casi el solo y cuando había que construir, supo cómo hacerlo. Originó el gol rojiblanco con un pase a la espalda de la defensa de los de Marcelino García sirviendo con maestría la pelota para que Williams acabara con nota la jugada.

El grupo rindió a buen nivel en Vila-real, sin excesivo brillo pero con los papeles bien asignados y el trabajo y la concentración por bandera. Creo no equivocarme si tras el partido hablamos de un equipo con más hambre de Copa que el otro. En este caso, el rojiblanco.

El Athletic vuelve a estar en cuartos y esto empieza a ser normal. No debemos perder la perspectiva. Es muy difícil. Solo quedan ocho equipos y uno, además, es de Segunda División: el Mirandés de Carlos Terrazas. La ilusión vuelve a llenar el ambiente rojiblanco y ahora todos estamos expectantes ante el sorteo que se vivirá en el día de hoy. Valverde no quiere al Barcelona, yo tampoco. Los demás también son muy duros pero, sobre todo, Atlético de Madrid y Sevilla.

El fin de semana nos devuelve a la competición doméstica y el Barcelona espera en su campo. No digo que este partido no sea importante pero debe ser menos que otros. Tiempo para que los menos habituales tengan minutos y descanso para aquellos que están en casi todos los choques. Frente a los de Luis Enrique hay que ser realistas. Jugar con los titulares no te garantiza un buen resultado. No es ir de perdedor, es sensatez.@monjeondavasca