DESDE el mismo sábado a la noche no he pensado en otra cosa. Vistas las imágenes, no me lo quito de la cabeza la jugada. Raúl García veía cómo se doblaba su rodilla después de que Vitolo le arrollara. Verle al navarro salir por su propio pie del terreno de juego del Sánchez Pizjuán fue un alivio, pero hay que esperar al día de hoy para conocer realmente el alcance de la lesión. Dios quiera que no sea nada grave. Me conformo con un esguince, algo que en dos o tres semanas, siendo optimistas, pueda quedar solucionado.
Fue verdadera mala suerte. Hay quien cree en la fortuna, buena o mala, en el destino o simplemente que las cosas pasan porque tienen que pasar. No sería ético hablar de que unos u otros preocupan más o menos si se lesionan. Pero a fuerza de ser sinceros, eso no es verdad. Hay jugadores que por sus características son más importantes que otros. En este caso, Raúl García no es fundamental, es vital. Con él sobre el césped, el Athletic ha dado un salto cualitativo tremendo. Es innegable que el centrocampista navarro concede al fútbol que despliega el conjunto de Ernesto Valverde componentes que antes de su fichaje el pasado verano no tenía. Es un pilar fundamental para competir en partidos en los que antes era muy difícil hacerlo. Raúl es un futbolista que ha hecho mas grande al equipo rojiblanco.
Hoy conoceremos el alcance real de la lesión. El diagnóstico puede marcar los objetivos del Athletic en los próximos meses. Lo que tengo muy claro es que si Raúl García está en el once, los leones tienen más posibilidades de éxito. Si desde esta columna podemos aportar buena suerte o ánimo, lo enviamos a raudales. @monjeondavasca