aHORA que está tan de moda defenestrar al mundo del deporte profesional y negarle socialmente todo tipo de ayudas, el domingo pasado vivimos el efecto overbooking deportivo. Teníamos, nada más y nada menos, que tres eventos casi a la misma hora. El Athletic jugaba en Vallecas, la final del Cuatro y Medio en el frontón Bizkaia y en Miribilla el Bilbao Basket se medía al Real Madrid.
El caso es que este repudio social a las ayudas no se corresponde para nada con el reflejo que tiene en la participación de las gentes en los distintos eventos de los que podemos disfrutar en nuestra Bizkaia maitea. Mientras más de mil aficionados rojiblancos se desplazaban a Vallecas para animar a los leones, otras decenas de miles lo veían en hogares, cafeterías, restaurantes, txokos...
Si miramos a la pelota y la final del Cuatro y Medio, qué decir. Frontón Bizkaia a reventar, 3.000 espectadores para una cita que además se televisaba en directo con grandes audiencias de televisión, casi el 22% de cuota de pantalla y más de 250.000 personas viéndola.
También a la misma hora en el Bilbao Arena jugaba el Bilbao Basket, lleno, sold out, para un partido que trasladaba su horario habitual del domingo a la mañana al mismo día pero por la tarde. 10.000 aficionados llenaron las gradas del recinto para animar a los men in black que estuvieron a punto de desaparecer. Cosas de la vida.
En definitiva, nadie ni nada son capaces de aglutinar a tantos y por una causa. La ilusión que genera el deporte va más allá de discursos populistas y agradecidos hacia esa gran más que fluctúa en su pensamiento en función de por dónde y de qué manera llueva. Felizmente en Bizkaia lo tenemos y quienes dirigen lo tienen claro. Deporte es salud, entretenimiento y unión de todos independientemente de sexo, etnia, ideología política y religión.