HAY que mirar hacia delante. La resaca del Madrid no puede durar más. El Athletic juega en Anoeta y solo hay que pensar en eso. Obviamente, hay que evitar errores como los del clásico, pero hay que pensar en el sexto partido de liga. El calendario, caprichoso, dice que el rival es la Real. Lo que son las cosas, hace cuatro días, los vecinos estaban hablando de situación compleja. Moyes estaba más que cuestionado y el entorno txuri urdin estaba revuelto sobre la figura de Vela, entre otros. Pero el fútbol es así. Un partido y la vida cambia en positivo para unos y se tuerce para otros. Alegría en Donosti, tristeza en Bilbao. No nos tenemos que quedar solo con el resultado. La palabra obligación se va a instalar de aquí al domingo en nuestro vocabulario. Los rojiblancos no pueden y no deben regresar de vacío. El domingo estamos ante uno de esos partidos, independientemente de las connotaciones, en el que no sumar no entra dentro de las posibilidades. Valverde busca soluciones y no están tan lejos. Ante el Madrid el Athletic no estuvo tan mal. Los errores condenaron a un equipo voluntarioso. La Real más cara de la historia espera eufórica. El Athletic tiene que sacar a relucir su fútbol y coraje en un campo que mostrará su hostilidad desde el primer minuto de juego.
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