cÓMO me hubiese gustado estar en el descanso en el vestuario del Athletic. Escuchar a Valverde.
Oír las explicaciones de los jugadores. Sentir que era lo que en esos momentos estaban sintiendo todos y cada uno de los protagonistas del partido. Imagino a Valverde intentado reorganizar lo anteriormente visto. Cabeceaba antes del descanso Txingurri observando las evoluciones de los suyos.
Tras la media parte, una modificación con el mismo dibujo táctico, más presión y otro Athletic. El equipo empezó a carburar y a crear, que es lo más importante. Llegaron las combinaciones y el tan efectivo balón parado desatascó al Athletic con Aduriz por enésima vez.
Me gustó el Augsburgo. Equipo ordenado con algún jugador de calidad que buscó su reivindicación europea en San Mamés. Primer partido de los teutones como equipo continental y pese a su brillo en la primera mitad no fueron capaces de aguantar en la segunda ante un Athletic más enchufado.
Buena señal rojiblanca sobreponerse como lo hizo.
Era muy importante ganar el primer partido de la fase de grupos. Iría más lejos, fundamental. Esto le va a otorgar tranquilidad para preparar los siguientes y ha situado al Athletic en la escena. Ya sabe que no se puede dormir ni un momento, lo pagas.
Partido para seguir comprobando el impresionante estado de forma de Aduriz. Es el mejor
delantero centro de la liga, con mucho respeto a los galácticos y megaestrellas de Barca, Madrid o Atlético. Aritz brilla sobremanera y reúne todas y cada una de las características que un delantero centro debe tener. Puede que me equivoque pero el delantero del Antiguoko va a quedar para la historia rojiblanca porque algo grande está por venir.
La segunda parte volvió a dejar claro que el Athletic cuando se lo cree y explota sus virtudes es
capaz de todo. Le dio la vuelta al marcador sin prisas ni agobios. Fiel a sus características y a las cualidades de su futbolistas. El broche lo puso Susaeta, que está que se sale. Sigo insistiendo, no solo hay que mirar lo que se hace hacia arriba.