LA actual crisis yemení revela cruelmente los errores diplomáticos y militares de Arabia Saudí en su zona de influencia más próxima, la Península Arábica.
Y es que en Yemen, la nación más pobre del mundo árabe, los sauditas se juegan su prestigio militar, su liderazgo del islamismo sunita e incluso el prestigio del nuevo soberano -el rey Solimán- en un envite en el que todo lo que pueden ganar es el imperio político sobre un pedregal miserable y una ronda (no definitiva) en el forcejeo secular con el Irán por la hegemonía en el mundo musulmán.
SIGUE LEYENDO LA NOTICIA EN: Presst.net