el asalto de la izquierda radical griega -Syriza- ha tenido ya una víctima semanas antes de la batalla de las urnas: el Pasok (Movimiento Socialista Panhelénico) fundado por Andreas Papandreou en la segunda mitad del siglo pasado. Ahora, Giorgios Papandreou -hijo de Andreas- ha abandonado el partido con un puñado de diputados para fundar otro: el Movimiento del socialismo democrático.
En realidad, faltaba muy poco para acabar de matar esta opción socialista griega ya que el egocentrismo casi patológico de Giorgios Papandreou había desgastado de tal manera el crédito del Pasok que del 44% -mayoría absoluta- logrado en los comicios de 2009 no saca en las encuestas para las elecciones del próximo día 25 más que un magro 6%. Hay que reconocer que el hundimiento del partido se debe no solo al actual Papandreou: el haber formado Gobierno durante los años más duros de la crisis económica ha sido un lastre demoledor.
La salida de Papandreou del Pasok no es ideológica ni personal -pese al odio visceral que se tiene él y Evangelos Vanizelos, actual jefe del partido-, sino un cálculo de máximo beneficio personal; aún quedándose como jefe de una fracción mínima (3%), Papandreou podría jugar en el próximo Parlamento un papel decisivo y tener así un protagonismo infinitamente mayor que su fuerza real.
Y es que todas las encuestas y tejemanejes políticos de las últimas semanas señalan que de las urnas saldrá un Parlamento griego sin mayoría absoluta ni grandes minorías y, sobre todo, sin voluntad alguna de nadie de formar alianzas que garanticen un Gobierno estable y fuerte con que afrontar la renovada crisis. En este escenario, un hombre con las relaciones y experiencia de Giorgios Papandreou podría intrigar a placer y hacerse valer por encima de su poder para formar mayorías momentáneas o impedir que se formen alianzas con perspectivas de futuro. Con otras palabras: sería el rey del juego del que pierde, gana?
No hace falta decir que esta apuesta del gran disidente del Pasok es más especulativa que real. Es sumamente probable que las próximas presidenciales generarán un Parlamento avispero, pero no es nada seguro que el nuevo partido de Papandreou vaya a sacar el 3% (mínimo imprescindible para entrar) ni que nadie vaya a apostar por una alianza con él si es que se llega al pronosticado largo regateo de formación de mayoría parlamentaria.
De todas formas, un éxito ya se ha apuntado Giorgios Papandreou: durante unos días le ha birlado a Alexis Tsipras (Syriza) el protagonismo de la batalla electoral.