ESTA vez las cosas se fueron complicando, pero no en la labor del jienense Pérez Montero, y eso que los jugadores del Celta, a los cinco minutos de juego, le reclamaron mano de Etxeita en el gol de San José. El primer tanto del Athletic fue legal. Es verdad que el balón golpeó en el codo del central rojiblanco, pero el de Amorebieta estaba de espaldas y la acción fue totalmente involuntaria. Aquí acertó el colegiado. En la segunda parte, Cuestas cortó con la mano una internada de Aduriz. Pérez Montero no le mostró tarjeta roja directa porque había junto a él otro defensor gallego. Vio la amarilla, pero era la segunda, por lo que se fue antes de tiempo a la ducha. Cabral, después, y el delantero donostiarra forcejearon dentro del área celtiña. El pupilo de Berizzo le agarró acto seguido en el cuello, por lo que el penalti que señaló fue merecido. El Athletic puso la puntilla sin ayudas arbitrales. Pérez Montero tampoco tuvo que ser duro disciplinariamente y sacó las tarjetas de forma merecida, como la que le enseñó a Muniain. El navarro hizo un gesto de menosprecio de rodillas en el suelo. Debe aprender el buen jugador del Athletic.
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