hay hombres convencionales y hombres singulares, mujeres previsibles y mujeres únicas que rompen esquemas. Entre unos y otros optamos según la dimensión y categoría de nuestra alma. En la tele es lo mismo: hay programas rutinarios de los que no se espera más que lo acostumbrado y a los que acuden en masa los espectadores; y hay programas originales y creativos que buscan ofrecer nuevas experiencias, hechos para grandes minorías. La elección entre la receta tradicional y los productos renovadores también nos configura. ¿En qué lado se sitúa usted? Hay una televisión alternativa a las series de siempre, los informativos recurrentes o los debates estándar. Es falso que la tele no tenga contenido rompedor: poco, pero existe. Si las cadenas andan copiándose unas a otras, lo normal es que el resultado sea empobrecedor; pero si dejasen entrar el aire fresco y fuesen más audaces la tele podría alterar el corazón del mundo. Hay tanta gente hambrienta de respuestas y transformación?

La innovación empieza por consagrar el poder de nuestra inteligencia. En La 2 de TVE se practica la creatividad, más que en cualquier otro canal. Por eso se hacen programas como Alaska y Coronas, espacio inclasificable donde caben talento, música y diálogo sin etiquetas. Olvido Gara vale más que su apariencia. O productos como Splunge, divertidísimo y surrealista a base de humor gamberro y corrosivo, con sketches rápidos de dos o tres planos, protagonizados por Eva Hache, Patricia Conde y Florentino Fernández. O también La noche temática, auténtico delicatesen informativo, impagable. Estos programas no resistirían la presión de la rentabilidad en una cadena privada; pero pueden nacer y expandirse en la televisión pública. Echo en falta que ETB disponga de un entorno y un presupuesto reservados a la experimentación y la programación alternativa. ¿Dónde está nuestro I+D+i audiovisual?

Somos lo que hacemos y en parte también la televisión que vemos. Sea usted alternativo y haga caso a su lado transgresor. La vida cambia con esos gestos. ¡Vuele!