Imposible no es nada
El mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin caer en la cuenta de que la verdadera felicidad está en la forma de escalarla. No sé si son todas felices, las cerca de tres mil mujeres que están asociadas a Bagabiltza, aquel sueño de Satur Abón hecho realidad que ya ha cumplido 25 años, toda una mayoría de edad para las ilusiones. No sé, insisto, si todas ellas tienen una sonrisa pintada en la cara pero sí se intuye que son escaladoras natas, mujeres a las que no va a derribar una tempestad. "Imposible", dijo Muhammad Ali, el más grande boxeador de todos los tiempos, "es solo una palabra que usan los hombres débiles para vivir fácilmente en el mundo que se les dio, sin atreverse a explorar el poder que tienen para cambiarlo. Imposible no es un hecho, es una opinión; imposible no es una declaración, es un reto; imposible es potencial; imposible es temporal; imposible no es nada".
Vengan estas palabras como estímulo para las mujeres que se ven rodeadas estos días por un ejército de hombrecillos burócratas. Ellas, que han sorteado mil y una vicisitudes, se encuentran ahora con una nueva piedra en el camino: la necesidad de adquirir un grado medio para seguir trabajando en aquello para lo que están formadas. Es una de las leyes más absurdas de cuantas nos rodean: no importa cuánto sepas de una materia, de una ciencia cualquiera, si no existe un diploma que lo acredite.
Leo la nueva situación de un grupo de mujeres que se ven apremiadas por la titulación y viene a mi memoria aquella oración laica que rezaba Joan Manuel Serrat. Bienaventurados los que están en el fondo del pozo porque de ahí en adelante solo cabe ir mejorando, creo que decía. No quiere decirse con ello que se trate de un grupo de mujeres desesperadas porque, como ya dije antes, da la impresión de que no hay viento que balancee esta cuerda de escaladoras. A buen seguro que el espíritu de Satur les acompaña y no habrá ni una sola que saque bandera blanca. No puede, no debe derribarse un sueño por falta de papeles. Van a trabajar para hacerse con el puesto, seguro.