TAN corto de imaginación anda el feminismo español que para conseguir unas efímeras migajas de notoriedad se apunta a hacer topless -y el ridículo- en el Congreso? ¿Qué puede aportar al movimiento por la igualdad una franquicia ucraniana como FEMEN que aún no ha salido del parvulario de los derechos humanos en la atrasada Europa oriental? ¿Qué tipo de degradación corporativa afecta a esa prensa que el pasado jueves emuló las portadas de Interviú? ¿Qué le ocurre a la clase política y los colectivos sociales para que se muestren tan previsibles en sus acciones de comunicación reivindicativas y sus protestas públicas? ¿No es patético, por rancio, ver al diputado de Amaiur, Mikel Errekondo, representar en la tribuna parlamentaria, durante diez eternos segundos, uno de aquellos castigos que sufríamos los niños en la escuela franquista? ¿A lo más que aspiran hoy nuestros rebeldes es a lucir, orgullosos, una camiseta de campaña? ¿La solidaridad se mide en merchandising exhibido? ¿Tanto bochorno por un minuto de gloria en la tele?

La crisis no es solo económica. El empobrecimiento está también en las ideas y en la forma en que éstas se exponen. La izquierda y la derecha se imitan mutuamente y terminan por ser lo mismo. La falta de originalidad y las dificultades comunicativas son un problema de ausencia de osadía y entusiasmo creativo. Así que la máxima expresión transgresora es irrumpir en la televisión como sea, incluso en pelotas. Sigue existiendo una fascinación cateta por aparecer en la tele. Pero cualquier joven usuario de las redes sociales les da mil vueltas a las viejas organizaciones en valentía de discurso y en ruptura de los esquemas clásicos de vinculación. La tele está sobrevalorada, porque más que la popularidad lo que importa es la autoestima, la identidad satisfecha.

Todo el mundo está en crisis: las feministas, los políticos, las oenegés, las religiones, los optimistas? Todos menos esas personas, grandes en ideas y realizaciones, que teniendo méritos sobrados para ser admirados renuncian a salir en la tele.