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El Jubileo de Caravaca de la Cruz

la Asociación de Pastores Evangélicos del Paraguay (APEP), que agrupa a 1.800 pastores cristianos y sus correspondientes rebaños, ha hecho pública una queja oficial desaprobando una norma de la FIFA que prohíbe las manifestaciones religiosas en el Mundial de Sudáfrica.

En su documento, la reverenda institución atribuye a Blatter, presidente de la FIFA, tal prohibición argumentando que "la oración fomenta la violencia", aunque no aclara muy bien si se refiere al conflicto palestino-israelí o a una fiesta entre moros y cristianos.

Conociendo el edicto de la FIFA, Ángel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol (FEF), hombre pío y previsor, tuvo una sagaz ocurrencia: llevar la tropa española a Caravaca de la Cruz antes de partir hacia Sudáfrica en busca de la gloria, pues si bien nadie duda de la capacidad futbolística que atesoran los muchachos de Vicente Del Bosque, conviene además tener al Altísimo de parte, y eso lo da el Jubileo de Caravaca de la Cruz.

Esta merced divina, de la que sólo disponen en el mundo Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Santo Toribio de Liébana, en Cantabria, fue concedida por el Papa Juan Pablo II en 1998 por tener en dicha localidad murciana un Lignum Crucis, es decir, un trozo de madera perteneciente al mismísimo leño en el que fue crucificado Cristo. Santo Toribio de Liébana tiene otro, pero es más pequeño, así que mejor abrazarse al más grande, se dijo Villar.

Y allí estuvo el pasado lunes con Del Bosque, Casillas e Iniesta paseando por Caravaca entre el fervor popular y ganando el Jubileo antes de partir a tierras lejanas a la busca de la inmortalidad futbolística.

En contraprestación a tan cálida acogida, la selección española disputó al día siguiente un amistoso frente a Polonia, regalando al personal murciano un festival de goles.

Casualidad o no, dos días después, el pasado jueves, José Luís Rodríguez Zapatero se reunía en privado con Benedicto XVI en el Vaticano. ¿De qué hablaron? ¿Es cierto que el presidente pidió a Ratzinger una oración ex cátedra en favor de la selección española a cambio de no alterar el actual convenio Iglesia-Estado?

Su Santidad, conviene mantener al pueblo anestesiado con el fútbol, eterno pan y circo, para que las hazañas de nuestro equipo ahoguen las voces agoreras sobre la crisis económica que nos devora, dicen que le dijo.

Villar también justificó su maniobra orquestal: Italia tiene el Vaticano de su parte, el papa Ratzinger es hincha de Alemania; en Brasil Kaká se ha convertido en la cabeza visible de la iglesia evangelista Renascer em Cristo, y gran parte de sus jugadores son Atletas del Altísimo; y Argentina tiene a Maradona, dios menor, pero divinidad a fin de cuentas.

Villar, sin embargo, partió hacia Sudáfrica un poco desconcertado y preso de una duda metódica: ¿A ver si la FIFA considera el Jubileo como una especie de dopaje al tomar la Gracia por anticipado, como la EPO de los ciclistas, y nos empapelan?

Hay otra versión del Jubileo de Caravaca que poco o nada tiene que ver de esta especie de Código Da Vinci en versión cañí.

Resulta que sus organizadores pagaron un millón de euros a la FEF por llevar el cotarro futbolístico hasta Murcia con el único fin de promocionar el negocio turístico a costa del singular y sospechoso Lignum Crucis. En realidad, los divos de la selección apenas hicieron caso al cándido populacho de Caravaca y fue Iberdrola quien asumió la factura porque apoyar el Jubileo, es decir, los chanchullos de la Iglesia, desgrava. Casualmente, al día siguiente el Gobierno central dio luz verde a la subida en los precios de la electricidad, ergo la juerga del Jubileo también la vamos a pagar todos.

Y en pleno frenesí, un periodista gracioso pregunta al místico Del Bosque: ¿cuánto gana? y ¡Je, je!, le entró la risa floja al técnico charro, que aseguró: no tengo ni idea, ¡venga ya!, el doble que los jugadores, más de un millón de euros, y sólo en primas.

Villar, la selección española, se han convertido en una caja registradora. Una máquina de ganar dinero, y todo ¡por el bien de la patria!, cuando más muerde la crisis, y paseando el palmito por África, donde la obscena cuestión es ¿y qué comemos hoy?

En otra dimensión, más cálida y entrañable, la Real Sociedad ha consumado su ascenso a Primera, ¡derbi a la vista!, y encima como campeón de Segunda División, un título que, lamentablemente, jamás ha tenido, ni tendrá, el Athletic.

¡Felicidades, txuri-urdin!