LA semana recién terminada deja algunos aspectos que merecen una mínima reflexión. Entre los dos temas que tomamos prestados, la mayor fuerza mediática puede estar en la propuesta de Obama de gravar un 0,15% las operaciones de riesgo por parte de las entidades financieras cuyo balance supere los 50.000 millones de dólares. La medida afectará también a las entidades europeas presentes en EE.UU., como Banco Santander y BBVA, y según algunos expertos puede suponer una carga adicional de 30 y 12 millones de euros, respectivamente.
Sin embargo, hay que señalar que estos bancos, al igual que Credit Suisse, Deutsche Bank, UBS y BNP Paribas no recibieron ayudas públicas estadounidenses directamente, aunque sí reconocen algunos que hubo "beneficios indirectos". En cualquier caso, no parece justo que todos los bancos, extranjeros y domésticos, participen en igual porcentaje en la recuperación de las ayudas que no se devuelvan en EE. UU. Algunas entidades extranjeras, como Barclays Capital, pueden tener una carga adicional de unos 560 millones de dólares anuales.
Claro que, por otra parte, en la medida en que la llamada Tasa por Responsabilidad en la Crisis Financiera, afecte también a los bancos extranjeros se reducirá la carga para los estadounidenses. Y, para acentuar el agravio comparativo, algunos banqueros europeos argumentan que el gravamen dirigido en parte a pagar las pérdidas que sufrirá el Gobierno de Obama después de rescatar a empresas como los fabricantes de coches de Detroit y a financieras hipotecarias como Fannie Mae y Freddie Mac.
El segundo de los temas propuestos ha pasado desapercibido pero lleva una carga social muy importante. Según el último Avance del Mercado Laboral elaborado por Analistas Financieros Internacionales, el Gobierno de Zapatero da prioridad a pagar cuantos subsidios sean necesarios, "un derecho inamovible, por cierto" (señala el citado informe) en detrimento de las políticas activas de empleo, lo cual significa un obstáculo más en la ya difícil recuperación del mercado laboral. Se señala que, para el conjunto de 2010, la previsión es que los parados se incrementen un 8,8% de promedio y el indicador advierte de que las políticas activas de empleo, dotadas de 7.750,7 millones de euros en los Presupuestos Generales del Estado para 2010, reducirán su partida a cada parado, que percibirán 1.721 euros en 2010, frente a los 1.832 que recibieron el pasado año.
De modo que esto es lo que hay: movimientos mediáticos para congraciarse con los más desfavorecidos e inacción para crear riqueza y empleo.