Estuve brevemente en el hospital de Galdakao para que me colocaran un marcapasos a mis 89 años, tiempo suficiente para comprobar y admirar la enorme profesionalidad y humanidad del personal que me atendió en la sexta planta.
Sanidad pública
Es un gustazo vivir en una sociedad que tenga esta sanidad pública, con las imperfecciones que pueda tener y que se tienen que ir corrigiendo, pero que hay que valorar todo lo que sobresale de sus funciones, como es en el caso que he vivido y que merecen una reseña, por el gran cariño humano que he recibido.