El republicano Donald Trump es un ejemplo claro de que e Europa la gente se preocupa más por el bien de los demás que por el de su propio país, y suyo por ende. En USA la gente es mucho más pragmática. Así de bien les va, claro. A nosotros, por ejemplo, no nos ha alarmado que hace unos días Macron hablase de entrar en guerra con la Rusia de Putin.