Un Premio Nobel en Economía afirmaba que gracias a los avances de las técnicas de gestión modernas las crisis y los ciclos económicos se daban por controlados. Pero hay que reconocer que se ha impuesto el modelo del cangrejo: la tendencia es a empeorar. Las previsiones económicas de los organismos internacionales cambian continua y negativamente; pues se trata del juego error-acierto. La pobreza crece en todos los sentidos y se distribuye uniformemente, pero la riqueza se acumula en cada vez menos acaparadores. Los líderes mundiales nos están llevando al abismo, todos esperando la solución milagrosa: los ricos, para que no cambie su estrella manipulan a los gobiernos a través de sus maniobras políticas. Los pobres: rezando para que aparezca el ángel exterminador y traspasen la riqueza de los poderosos que les correspondería si el sistema fuera justo y democrático.