Con este tipo de amigos, el euskera no necesita enemigos. Preguntado Nico Williams por cómo le va con el euskera, responde: Cero. Y se echa a reír como una ocurrencia, insinuando que no es lo que más le preocupe. El tono de la pregunta no era inocuo, trataba de predeterminar su respuesta para provocar un mensaje intencionadamente crítico hacia el euskera de un futbolista popular vasco. Seguramente el periodista estaba dolido porque la roja había perdido contra la modesta Suiza. En España el periodismo se transforma en consigna para culpar de las derrotas al separatismo vasco. Quien merece mención especial por la originalidad en sus considerandos es la jueza de Gasteiz Ana María Martinez Navas, quien en una sentencia rechaza el despido de una policía del Ayuntamiento de Laudio por no tener el nivel de euskera exigido en la convocatoria de selección. En un alarde de su erudición de conocimientos sobre el euskera, afirma que es la quinta lengua más difícil del mundo. Dicha sentencia ha encendido la comunidad vasca en general y en especial a quienes se esfuerzan estudiando en los euskaltegis este idioma tan difícil como para que una jueza sentencie que no es obligatorio hablarla por un policía municipal.