Verse rodeado de muerte, dolor, hambre y miedo no debe ser nada agradable. El vacío frente al futuro, aturdido, manchado de sangre y rabia. Quiero ponerme en tu lugar, pero se me hace muy difícil. Tienes en frente a un matarife con cuchillos muy afilados, con armas hasta los dientes, que se escuda en filosofías baratas y pensamientos de otros, como hacen todos los bandidos para degollar niños y matar. Como judío no sé si creerás en Yahvé o no, que te va a echar una mano o no. Rezar no creo que te sirva de nada. Israel y Europa no quieren morir por vosotros. Está claro. Cuando vuelvas de presidente y termine la guerra, si estás vivo, haz una buena limpia de nazis, fascistas y corrupción en tu país. Te costará años. No puedo hacer más que decir lo que pienso. La única solución, creo yo, es que los propios rusos hagan desaparecer a ese carnicero. Si consigues estar con él algún día, mírale a los ojos vidriosos y fríos que tiene, y grítale, de mi parte: ¡Bastardo! Lo entenderá. Ongi izan. Como puedas.