En algún momento se rompió y recompusieron sus piezas dando forma al abrazo de tres personas. Porque todo el mundo necesita un empujón, ese espaldarazo que anima a no desfallecer en las batallas diarias que dejan cicatrices inapreciables a simple vista, como las de uno de los trofeos que concedió Nos Unimos-Unissons Nous. La tercera edición de los premios de la asociación de Balmaseda pretende “visibilizar a personas muchas veces anónimas, que con sus acciones ayudan a mejorar el mundo, hacerlo más igualitario social y culturalmente en nuestra línea habitual”, según su presidenta, Clementine Baza Bola.
El frontón se llenó de calor, además del de los termómetros veraniegos, para aplaudir cuatro reconocimientos y dos homenajes. Entre ellos, a quien escribe estas líneas por “contribuir a crear redes comunitarias gracias a su trabajo en el periódico DEIA, una gran labor periodística que merece un reconocimiento público por dar voz a asociaciones, organizaciones, vecinos y vecinas con sus ilusiones, deseos y necesidades”. Desde 2009 “en su Enkarterri natal”.
Vaya si ha llovido... Me va a permitir el lector reproducir mis palabras a modo de agradecimiento. El viaje hasta principios de 2016, cuando Clementine me abrió las puertas de su casa para esbozar en un primer reportaje los objetivos de la asociación que estaba a punto de fundar. Cómo me impresionaron su dinamismo, determinación e historia vital, que la trajo a Balmaseda -cuyo corazón se ha ganado- huyendo de la guerra en el Congo con varias paradas intermedias.
Para los ojos y oídos de DEIA en las comarcas de Bizkaia, como nos repiten en los Hemendik Sariak, no existe mayor satisfacción que acompañar este y otros proyectos, muchos desde su nacimiento. Toca el corazón que se valore un periodismo escrito y sentido desde la cercanía en los tiempos que corren.
Al fin y al cabo, no somos más que el altavoz para los logros de luchadores como Clementine, que se autodefine como “una soñadora con una pasión sin límites”. Agente del programa de apoyo en Tartekari Sarea, psicóloga y pedagoga, posee formación en Desarrollo y Cooperación por Derechos Humanos en Unesco Etxea.
Hospital en el Congo
En sus numerosos viajes a África, ha repartido material de primera necesidad e impulsado actividades como escuelas, centros de reunión, agricultura para el empoderamiento femenina, apadrinamiento de niños y niñas con pocos recursos... En la actualidad avanza los primeros pasos para abrir un hospital en el Congo.
Todo con la inestimable ayuda de la red de voluntariado de Nos Unimos-Unissons Nous en la que recayó uno de los homenajes. “Hacen que podamos continuar trabajando contra la pobreza y creando redes de solidaridad”, también dentro de la propia villa con espacios que propician la hermandad entre culturas, como talleres, charlas y exposiciones.
Papel crucial como el de Yolanda Ureta, que recogió otro de los premio. Se ha volcado “incansablemente” en el Grupo de Misiones del Tercer Mundo en Balmaseda y también, “ya en los últimos tiempos, como parte del equipo ministerial de la parroquia de San Severino, apoyando las actividades y visión de esta iglesia, desde el liderazgo para servir en diversas áreas y velando por el crecimiento integral de la congregación”, elogió.
El Grupo de Misiones “puso su granito de arena para desarrollar el programa Aulas sin fronteras, en el que desde hace dos años contribuimos a escolarizar a niños y niñas en el Congo”. En octubre “alcanzaremos los quince colegios”. “Y ayudaremos todavía más, que para eso estamos”, prometió Yolanda Ureta tras recoger su premio.
Clementine no se perdió hace unos días la presentación pública de Mimosak Ortu Komunitarioa, la iniciativa que aboga por una soberanía alimentaria a la vez que agroecofeminista en Balmaseda, con los objetivos de conformar la colaboración en auzolan para “dotar de autosuficiencia y resiliencia a la villa en la producción de alimentos de manera ecológica y sostenible y sensibilizar y formar a la población”. Una iniciativa que, después de meses de reflexión sobre el modelo, se materializó en 2021 “surgida de la asociación feminista Mariorratz”, rememoró Ariadna Villate.
Naturaleza en familia
Cultivan un terreno en la ladera del Cerro del Castillo al lado de las antiguas escuelas, actual albergue, y otro en Arbiz que sufrió las consecuencias del devastador incendio forestal del 23 de octubre de 2022 con usos de “huerto, frutales y área de pasto” con un enfoque “social, no exclusivamente de consumo”. Recientemente, han incorporado un huerto infantil que plantar en familia para inculcar a los más pequeños el respeto por la naturaleza.
En el empoderamiento femenino, Mimosak Ortu Komunitarioa entronca con el esfuerzo de Isaac Leroux por erradicar discriminación, prejuicios y pobreza infantil y participar en la cooperación al desarrollo en su país de origen. Artista cantante y escritor, ha presidido de la coordinadora de ONG de Euskadi en apoyo a inmigrantes Harresiak Apurtuz, actualmente ostenta la secretaría general de la Federación de Asociaciones de Inmigrantes de Bizkaia (FEDAIB) y forma parte del local de Inmigración del Ayuntamiento de Bilbao. Desde 2008 su asociación ACAEUS orienta a los cameruneses que llegan a Euskadi.
En ese empeño “necesitamos puentes, manos, voces y apoyo económico”, recordó al dirigirse a los asistentes al acto. Él mejor que nadie sabe cómo se sienten quienes, al igual que Clementine, abandonan su país buscando una vida mejor. Lo narra en el libro Una luz en el desierto, que escribió junto a Pascual Perea. Le entregó su premio el mediador y CEO del Grupo Arco de Desarrollo Social Rafael Marcos, con experiencia internacional en gestión de conflictos y cooperación. Puso en valor el rol nuclear de las mujeres; “en programas de alfabetización de adultos, sabíamos que hacerlo con ellas significaba extenderlo a toda la familia”. “Clementine siempre está ahí y proyectos como Nos Unimos nos ayudan a comprender que todos nacemos iguales”, elogió.
No pudo estar presente en la ceremonia, –con aurresku de honor y asistencia de las asociaciones Mujer del Mundo Babel, Pagkakaisa de inmigrantes de Filipinas, PIU y Koopera Euskadi– otra de las personas distinguidas: Franck Muteba Mutambayi, artista congoleño especialista en pátinas sobre cobre que cuenta con obras expuestas alrededor del mundo. Seguro que sintió a kilómetros de distancia el abrazo colectivo desde Balmaseda.