Aquel equipo fue faro del fútbol mundial durante una década. Se pasaban las horas creando, entrenando, pensando, disfrutando. Y marcando. Eran gerundio. Hoy ocupan escaño de aspirante solo a Copa -eso me suena- y como no se muevan un poco, esta vez les hacemos un Malta, que tiene más garbo la Sagrada Familia. A Europa ya le repite el fuet, la afición está doblada y poniendo velas a Pujol, Guardiola y Messi. Decía un comentarista esta mañana que la situación no puede asumirse. Otro, que incluso era injusta. Que, a este paso, las camisetas se van a firmar en mercadillos y van a sacar a Cruyff de la Wikipedia. Que la Moreneta quiere calzarse unas botas. Y yo, entrando en Bilbao por San Mamés, que recuerda a un túnel de lavado -que digo yo que esta lluvia bien podría trasladarse hasta el volcán, ¿verdad?-. Y trato de contar las alegrías del Athletic este año. Aún siendo manco, me habría apañado. Mira que son agonías estos culés. A veces, mirar prolongadamente el sol resulta dañino. Es mucho más aconsejable y tiene más gracia buscarlo entre nubes. ¿Dices tú de nubes?