Muchos momentos de la vida están presididos por los cuatro caballos de la vida la muerte, el hambre, la enfermedad y la codicia de otros hombres. La peste negra asoló el mundo en el siglo XIV y murieron cerca de 100 millones de personas. Hemos pasado a los virus en la red informática donde aparecen troyanos, spyware donde no se nos inmuniza para la vida real, pero muchas veces nos angustia perder información y contactos amigos de siempre. Pero, está aquí, ha llegado el coronavirus y este nos hace tomar conciencia de la realidad de la situación, activando la histeria, los mensajes falsos en muchos memes, y vídeos graciosos en los medios de Internet, vaciando supermercados de viandas y las farmacias de mascarillas, llegando a cerrar colegios, institutos y suspendiendo teatros, congresos y conferencias. La sensatez y la prudencia serán seguramente los remedios más adecuados y beneficiosos contra este maldito coronavirus. Acabará, finalizara, será combatido por vacunas y remedios científicos y este maldito virus marcara un hito en la historia de la humanidad que muy difícilmente podremos olvidar.