El presidente Trump es la persona que durante su mandato lo que está haciendo es crear enemigos en la política, y acabará su mandato como un matonista, con modales ordinarios y discursos soeces, contrario en la diplomacia y con muy pocas relaciones con los socios atlantistas. Es curioso que en esta visita a Inglaterra antes de aterrizar el Air Force One, llamara al alcalde Sadiq Khan “incompetente, tonto y estúpidamente antipático”. ¿A quién se le ocurriría ser descortés con Meghan Markle en una entrevista en The Sun antes de ser recibido por la familia real? Conclusión: a Donald Trump le importan poco los destrozos diplomáticos. Oportuna o no para los británicos, la visita de Trump está justificada por los actos de conmemoración del Día D. Han pasado ya 75 años desde esa fecha crucial en la que los aliados, gracias también a la ayuda norteamericana, encauzaron la Segunda Guerra Mundial hacia un desenlace favorable. Aquella contienda dejó más de 50 millones de muertos, pero tuvo una recompensa: consolidar los valores democráticos que derrotaron al nazismo, así como la posterior unión europeísta. Ahora, si el populismo xenófobo de Trump y sus ataques a la UE le convierten en el mejor representante de aquella aportación de EE.UU? (?)