Como presidenta de Asalcepa y alumna del CEPA Valle de Trápaga HHI, que integra a los municipios de Muskiz, Abanto y Ortuella, deseo hacerles llegar la inquietud alarmante que tenemos los alumnos ante los pasos que se intentan dar para suprimir las clases de EPA a mayores de 60 años. Son muchas las razones por las que queremos seguir alimentando nuestra sed de aprender: Porque suele ser a partir de los 60 cuando muchas personas estamos libres de obligaciones (trabajo, cuidado de padres, madres, hijos e hijas) y podemos acudir a las clases de idiomas, historia, arte, literatura, informática... a través de cuyo aprendizaje conseguimos un enriquecimiento personal. Porque la asistencia a las clases de EPA nos permite relacionarnos con personas que comparten nuestro interés por seguir avanzando. Porque el objetivo de desarrollo sostenible número 4-agenda 2030 de la Unesco se insta a los países a “promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida”. Porque es una forma de estar en activo y mantener la ilusión y, a la vez, la relación con las personas que se interesan por la cultura. Porque la terapia más afectiva para los mayores es seguir aprendiendo. Que siempre haya algo que nos anime a esperar con esperanza el siguiente día. Porque es un derecho a la formación y porque es positivo, no sólo para la persona sino para la sociedad en su conjunto. Por favor, ¿rescatan a los bancos y van a dejar morir a la cultura?