Llamadme tirano si queréis. Pero yo haría obligatorio votar. Como ir a 30 km/h por Bilbao o parar en un semáforo en rojo. Entiendo al escéptico y a la decepcionada. Pero a vosotros también. Obligatorio. Me da igual que en el sobre metáis una rodaja de chorizo de Pamplona para denunciar legítimamente a los txorizos o un voto blanco porque no creéis en nadie. Pero ese día, vas y votas. In situ o si no en Correos hasta 10 días antes de las elecciones. Todo suma para la foto final. Desgraciadamente la política es quien decide si el billete de metro, el ibuprofeno, los libros del cole y la uni, los tampones, o la entrada del cine y del fútbol bajan de precio o no; si tu padre con Alzheimer o tu hija con discapacidad van a tener ayudas para ser atendidos dignamente o no. O si la ley va a proteger más y mejor a las mujeres de la violencia machista. Si pasas de la política, pasas de todo eso. Y si no tienes claro lo que quieres, piensa al menos lo que no quieres. Y vota en consecuencia. Yo lo haría obligatorio. ¡Tamaño castigo ejercer la libertad por la que tanto se luchó y la democracia aun con sus carencias! Llamadme tirano.