Basta de fijarse en si una mujer lleva hiyab, velo o pañuelo en la cabeza. Basta de llorar porque un extranjero tiene trabajo, aunque este sea precario. Basta de temer a alguien por llevar barba, por vestir diferente, por tener rasgos distintos.
Hoy en día todos tenemos la oportunidad de estar informados, no hay excusas para caer en esos discursos. Tenemos la oportunidad y todos los recursos para acercarnos entre diferentes. Para crear marcos de convivencia que nos permitan vivir en paz. Los discursos de sectores que se autodenominan de “extrema necesidad” no son más que proclamas que nos llevarán a la guerra permanente.
Empecemos a construir una sociedad fundada en valores humanistas. El día que consigamos vivir en paz no habrá mayor orgullo para el pueblo. Por fin tendremos algo más que trozos de tela de los que sentirnos plenamente orgullosos. Hasta ese momento no tendremos más que gente unida a un trozo de tierra y a una bandera, pero sin unión alguna con sus vecinos.
Es nuestro mayor reto, el de las nuevas generaciones. Todo mi apoyo a la ciudad de Christchurch.