Confirmado. El beso de Iker Casillas a Sara Carbonero ha dado la vuelta al mundo y se ha convertido en el punto divertido del Mundial de Fútbol de Sudáfrica. Después de culpar a la periodista de ser la culpable de que el portero estuviera desconcentrado, la sociedad ve con buenos ojos que éste, una vez superados todos los partidos y ganado el trofeo, bese a la chica, ojo, mientras ella desarrolla su labor profesional. ¿Qué habría pasado de ser al revés? ¿Si Sara hubiera saltado al terreno de juego mientras se iba a tirar un córner y hubiese besado a Iker?

De nuevo, parece, la profesión de la mujer se considera menos importante que la del hombre.