YA tienen testado las cadenas de distribución que los fines de semana empiezan el viernes y que en esos días de asueto es el momento de atraer al comprador con ofertas: que si de descuento el IVA, que si 2 x 1, que si vale descuento...

Y, como los aledaños de una campaña electoral son lo más parecido a un mercadillo, las estrategias de marketing político imponen la misma lógica. En el equipo de Pedro Sánchez lo llevan con rigor de cartujo y concentran en esos días sus ofertas estrella.

Por no irnos muy atrás, el domingo 16 de abril Sánchez se va de mitin a Valencia y anuncia los alquileres sociales de las 50.000 viviendas Sareb, aunque luego las disponibles sean la quinta parte. La semana siguiente, el sábado 22, su acto en Úbeda lo engalana con la promesa de que todos los servicios públicos se prestarán a no más de 30 minutos de distancia del usuario, que será difícil de contrastar pero suena fetén.

Así que, el sábado 29, para su visita a Iruñea ha guardado el anuncio de que invertirá –todo esto si le reeligen, claro está– 1.300 millones para la FP bilingüe; que, estando en la tierra de la lingua navarrorum, cualquiera podría pensar que se refiere al bilingüismo en euskera y castellano, pero no.

El último viernes, la ruta de actos de partido le lleva hasta Alicante, el lugar ideal para anunciar que le gustaría dedicar, si le reeligen –lo había comentado, ¿verdad?– 560 millones a la capacitación de los alumnos de la educación obligatoria en robótica y programación. Sale a unos 10 € por alumno, dicho sea de paso. Así que, cuando ayer en Tenerife vuelve la burra al trigo de la vivienda o este sábado visita Murcia para contar que rebajará el transporte para que los jóvenes vayan de vacaciones este verano, uno ya no sabe si es que, entre tanto bolo, ha caído en la cuenta de lo que cuesta viajar o que la tómbola se acerca a la traca final y el lote de pan, jamón, chorizo y vino está al caer.