Se movilizaron las asociaciones conservadoras de jueces y fiscales contra la reforma legal que se prepara en el Congreso y mostraron su satisfacción por los centenares que se reunieron en Madrid el sábado. Les pareció masiva y exitosa en cantidad y calidad. Al menos hasta que, durante la lectura del manifiesto, el portavoz de la Asociación Francisco de Vitoria, Sergio Oliva, se sintió obligado a advertir que “los insultos que se escuchen no son de jueces y fiscales”. Y vaya si se escucharon. Así que, o el éxito numérico sería menor si descontamos a los no juristas o entre sus señorías también hay hooligans militantes.