“Miserable y cruel”

Es probable que esté usted hasta las narices de Eurovisión, pero creo que hay debates que hay que mantener. Y permitir que alguien que está llevando a cabo un genocidio en Gaza cuente con un escaparate de luz y fantasía como es el Festival Europeo de la Canción, es una de esas cosas que hay que discutir. Por responsabilidad moral, por vergüenza torera o por lo que sea. Es un ejercicio de cinismo pedir que se vete la participación de Israel mientras se les sigue comprando armas, no nos engañemos, pero lo es todavía más calificar de “miserable” y “cruel” la petición de Pedro Sánchez, como ha hecho Abascal.

El único gesto que puede valer

Tampoco nos vamos a extrañar de lo de Abascal porque es la ultraderecha la que, con un mercadeo indecente del televoto, aupó a Israel al segundo puesto y la que amenaza con reventar un festival que hace mucho que dejó de ser políticamente imparcial. Me parecen muy bien los posicionamientos que ha ido haciendo RTVE, pero creo que se juega con cartas marcadas si se acepta participar en un evento que patrocina la israelí Moroccanoil. Lo único que puede valer es el órdago, y el primero en lanzarlo ha sido Bélgica: “Amenaza con retirarse de Eurovisión si no se cambia el actual sistema de votación” (ABC).

El camino está claro

España paga todos los años muchos millones a la organización de Eurovisión en su condición de Big 5. De algo tiene que valer eso, digo yo. Estoy convencida de que, si pone lo que tiene que poner encima de la mesa, otros países irán detrás. El camino está claro, y ya hay muchos recorriéndolo: “Los festivales Sónar, Viña Rock y Sahremusic! se desmarcan de KKR y condenan “la violencia hacia el pueblo palestino” (El Diario). KKR es un fondo con intereses proisraelíes. Porque, como ya he escrito aquí en otras ocasiones, todo escaparate es bueno, y están escondidos en los lugares más insospechados.

Una realidad, dos imágenes

Acabo de volver de unas vacaciones en las Islas Canarias. Como turista, he intentado ser todo lo respetuosa y responsable que he podido, con el entorno y con quienes allí viven y trabajan. He encontrado gente encantadora, lugares increíbles, comida deliciosa y, en mi experiencia personal, una sola pintada contra el turismo. Claro que esto es una foto fija, y el año es muy largo. Pero, por lo que he comprobado de primera mano, leo con sorpresa noticias como ésta: “Vacaciones en el infierno. El ‘Daily Mail’ dice que los viajeros británicos en Canarias no se atreven a salir por las protestas antiturísticas” (20 Minutos).

Dos noticias que se entienden juntas

En la línea de búsqueda de responsabilidad y coherencia del párrafo anterior, me gustaría contrastar dos titulares. De un lado, Sergio Delgado apunta en El Blog Salmón: “Mientras Mercadona bate récords, Alcampo anda con cierres y despidos: Los españoles cada vez tenemos menos opciones para comprar”. Del otro lado, este titular de Xataka: “Ya nadie quiere pasar tres horas haciendo la compra un sábado. Y por eso los hipermercados van a la baja”. Que los hábitos de consumo han cambiado es un hecho, pero es nuestra decisión de apoyar unas alternativas y no otras la que hace que nuestras opciones se reduzcan.