En virtud del alto el fuego, Hamás liberó ayer a otros tres rehenes israelíes y Tel Aviv excarceló a 180 presos palestinos. La liberación de los secuestrados y el recibimiento a los prisioneros se están convirtiendo en ceremonias de guerra para Hamás. La parafernalia fuertemente bélica, la escenografía con los milicianos armados y embozados, la utilización escénica de los atemorizados rehenes, exhibidos ante la población y obligados a subir a un estrado -con la leyenda ‘El sionismo nazi no vencerá’- y saludar antes de ser entregados a la Cruz Roja es indignante y busca expresar que la guerra continuará.