El Ararteko abre un melón digno de mención. Manu Lezertua defiende que los organismos públicos deben de atender a la ciudadanía con independencia de si se tiene cita previa o no. Y, añade, que es ilegal que la seguridad privada te desaloje si no cuentas con reserva de hora. La cita previa para casi todo llegó para quedarse tras la pandemia. Antes, no eran muchos los sitios en los que se exigía. Ahora, sin reserva de hora, ni se intenta. La cita previa tiene sus ventajas pero es discriminatoria. No todo el mundo tiene acceso por igual a las tecnologías ni habilidades de uso de las mismas. Solo por eso la atención presencial no puede desaparecer.
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