Por Rigoberta Bandini y su Ay mamá, a la que quitaron el premio en la primera edición con puntos a la baja y un chusco desempate. Por Vicco y su Nochentera, que la victoria de Blanca Paloma no consiguió acallar de todas las radios y pistas de baile. Por fin, en su tercer año, el jurado del Benidorm Fest ha permitido que el himno de la edición gane. La victoria de Zorra de Nebulossa va por ellas también. 

Este año irá a Eurovisión un himno feminista y reivindicativo que funciona, además, como un excelente detector de machirulos. Si con Bandini la provocación que veían algunos era una simple teta de plástico (y el miedo a que sacara las propias), aquí a algunos les molesta que se utilice la palabra zorra para dar la vuelta al insulto, saquen en la actuación a dos bailarines con el culo al aire y que la cantante tenga 55 años. Y qué.

La victoria de Nebulossa sucede 40 años después (junio de 1983) de que se montara un escándalo gigante -con querella criminal incluida- por la actuación del grupo vasco las Vulpes (zorras en latín) interpretando su tema Me gusta ser una zorra en el programa Caja de ritmos de TVE. Por eso es tan importante que un himno feminista y reivindicativo como Zorra haya ganado por fin el BeFest después de que nadie la imaginara como ganadora pese a ser la gran favorita, la más escuchada y la más coreada, porque si algo nos ha enseñado el BeFest es que gana quien decide el jurado y esta vez, sí, el jurado ha querido que gane Zorra.

Ahora, queda por ver cómo se lo toman los europeos, solo nos faltaba que, basándose en no sé qué norma, decidan descalificar a TVE mientras permiten (contra tantas voces) que participe Israel. 

Conscientes de la herejía, el jurado de Benidorm se lavó las manos en una pila de agua bendita con una decisión salomónica que ponía al nivel de Zorra a St. Pedro con Dos extraños (cuarteto de cuerda), un precioso bolero muy bien afinado con una puesta en escena espantosa que parecía sacada del viejuno Mississippi, y que fuera la audiencia, con su ridículo porcentaje del televoto (25%), la que desempatara. Y como ya sabían (para eso existen las semifinales), la Zorra se coló en el gallinero de Eurovisión.

Sobre el BeFest, el festival donde no ha llegado la paridad de género al público, hubo demasiados fallos (y no solo de sonido), un ritmo lamentable con presentadores anodinos leyendo un guion de gala de Nochevieja, y fue feo que no dejaran cantar a Blanca Paloma.

Ahora que han atinado con la canción ganadora, a ver si el año que viene aciertan también con los presentadores y devuelven a la puta de Inés Hernand donde tiene que estar: presentando las galas. El maricón de Aitor Albizua ya se vale solo para liderar el post. Y no, esto no son insultos, al revés: tras la victoria de Zorra, fue su reivindicación a cuenta de cómo les llamaban cuatro desgraciados/as en el instituto. A ver si con el éxito de Zorra cambia todo esto.